sábado, 8 de septiembre de 2012

8 de sep. Fiesta de la Natividad de María

"La Natividad de María lenó el mundo de alegría"

                                                                                                              Don Baltasar


El 8 de septiembre, fiesta del nacimiento de la Virgen María, Estrella de la mañana, como la invoca San Bernardo, quiero poner  nombres a la constelación celeste que corona a la Mujer vestida de sol y que tiene a la luna por pedestal, la dispuesta por Dios para ser madre suya.
María es la Inmaculada, la concebida sin pecado. Dios podía liberar a quien iba a ser madre de su Hijo de toda mancha de pecado, lo quiso y lo realizó. Ella es la sin pecado.
María es la colmada de gracia, la amada de Dios; así la llama el ángel Gabriel como nombre propio, y esa identidad configura esencialmente la vida de la Nazarena.
María es la mujer creyente, la que se fía de Dios; así la saluda su primea Isabel: “Dichosa tu, que has creído”. Ella es nuestra madre en la fe.
María es la mujer abierta, despojada, obediente, que abandona su propio proyecto por el que le revela el Ángel de Dios: “Hágase en mí según tu Palabra”.
María es la madre del Verbo encarnado: “Concebirás en tu vientre y darás a luz un Hijo”, el Hijo de Dios. Es la madre de Jesús de Nazaret, Dios y hombre verdadero, es también verdadera Madre de Dios.
María es la contemplativa por excelencia, ella “guardaba todas estas cosas en su corazón”. Maestra en acoger la Palabra, meditarla y alumbrarla.
María es la mujer servicial: “Subió deprisa a la montaña a servir a su prima”. Ella se tiene por esclava, servidora del Señor, y de cuantos tengan necesidad de su ayuda.
María es la mujer agradecida, sensible a los dones recibidos. No se cree con derechos y reconoce a quien es la causa de su privilegio: “Proclama mi alma la grandeza del Señor”.
María es mujer solidaria, sensible, social. La vemos actuar en el marco de una boda de manera comprometida cuando le dice a su Hijo: “No tienen vino”.
María es la mujer fuerte, no se arredra frente a la dificultad. “Junto a la Cruz estaba María, su madre”.
María es la mujer orante; dialogó con el Ángel, acudió al templo con angustia buscando a su Hijo, se reunió con los discípulos a la esperan del don del Espíritu Santo.
María es la mujer ensalzada, gloriosa, colocada junto a su Hijo en el cielo.
Por todos estos motivos, a la vez que sentimos inmensa alegría, felicitamos a la Virgen María en la fiesta de cumpleaños.
Por el nacimiento de María se enciende nuestra esperanza, el sentido de nuestra peregrinación. Ella, Medianera de todas las gracias, permanece en el desierto como mujer entrañable.
Fuente: Eclesia

viernes, 7 de septiembre de 2012

HIJAS DE LA NATIVIDAD DE MARÍA



¿QUÉ HACEMOS?


Es en el mundo, en sus distintas estructuras y ámbitos, en donde vivimos nuestra misión.

Algunos de los ámbitos que privilegiamos son:

principalmente el ámbito laboral, según la profesión u oficio personal, teniendo predilección por la educación, en sus distintos y áreas.

La formación Catequística y Misionera:

La Catequesis
Grupos Misioneros
Grupos de Oración
Pastoral juvenil y Vocacional

Servicio a los más pobres desde nuestra profesión y vocación en:

Centros de atención a niños y ancianos
Centros de salud y acogida

Promoción humana de la mujer

Centros de Formación Profesional
Talleres formativos y de  Autoestima
Retiros y convivencias
Acompañamiento Psicológico y Espiritual
 
"Siempre disponibles
y abiertas a servir
según las necesidades
del mundo y de la Iglesia"


HIJAS DE LA NATIVIDAD DE MARÍA

Nuestra vida

Dos estilos de vida

 Están las que eligen vivir en pequeños grupos y también las que deciden vivir solas o con su propia familia. Todas vivimos del fruto de nuestra profesión, de forma tal que nuestro  principal campo de apostolado se da en nuestro lugar de trabajo.

Un mismo Centro

Nuestro punto de referencia es  JESUCRISTO, todo lo hacemos “por Él, con Él y en Él”.

Una misma fuente

          
La EUCARISTÍA es el pozo de donde brota nuestro “ser” y “hacer”. Toda acción ha de partir de la fuente de Vida, del trato familiar con Jesús, presente en la Eucaristía.
 

Un mismo objetivo:

Ser presencia viva de María en la tierra, al igual que nuestra Madre, la Virgen de Atocha - La Morenita, buscando asumir las realidades del mundo, para llevarles la Buena Noticia y transformarlas, cual levadura en la masa.